En este último paso vamos a escribir un compromiso para vivir eso que has platicado con Dios. Pon de tu parte y esfuérzate para que la gracia que has recibido hoy no caiga en saco roto.

Si bien la lectura y la oración de la Biblia transforma ya tu corazón, es necesario tomar una decisión. De lo que platicaste con Dios identifica que te pide mejorar. Siempre va a haber algo, Dios no nos va a decir solo ¡ánimo, vas muy bien! siempre vamos a ser corregidas y esto antes de ser humillante es una gracia maravillosa porque libera el corazón para amar mejor y ser más felices.

Proponte algo que sea sencillo, alcanzable, medible, por un tiempo definido. Si dices “nunca más voy a mentir” uff pues se siente inalcanzable y ni te vas a esforzar por lograrlo, en cambio puedes proponerte: “las dos próximas veces que esté ante una tentación de mentir, elegiré decir la verdad, aunque tenga que afrontar las consecuencias”… bueno, esto ya es más alcanzable y con la gracia de Dios irá fortaleciendo tu voluntad poco a poco.