Establece prioridades y ¡haz lo importante!
Haz que esa lista de cosas por hacer vaya reduciéndose.
Seguido me pasaba, llegaba la tarde y veía la lista de cosas por hacer y resultaba ¡que no había hecho nada! ¿Cómo es posible que a pesar de trabajar tanto durante el día siempre hay un montón de cosas por hacer, siempre hay una lista de pendientes que parece no reducirse?
Este sentimiento es frustrante porque da la sensación de no avanzar, de estar siempre en el mismo sitio. Y al día siguiente después de acumular algo más a esa lista me parece difícil tomar la decisión de que hacer primero, por donde empezar ¿qué es lo más importante?
A veces decidía hacer lo que me gusta pero luego veía que hay cosas importantes que había postergado semanas porque simplemente no me gustan. Otras veces hacía esfuerzos enormes haciendo lo que más urge y terminaba con una culpabilidad al final del día porque no había hecho nada importante para mí… en otras ocasiones simplemente me paralizaba de tanto estrés y no hacía nada.
Pensaba que necesitaba más horas al día, pero aún así nunca acabaría, estaba cansada y mis relaciones cercanas empezaban también a sufrir, ¡no tenía tiempo para nadie! Fue entonces que me di cuenta que tenía que aprender a decir sí y no. No tenía que hacer todo lo que anotaba, todo lo que se me ocurría o me pidieran.
Así empecé a buscar una solución y a pedirle a Dios claridad para entender qué es lo que debo hacer primero, en qué enfocarme, qué es importante, a qué me llama y a dejar ir las tareas que no me llevan a donde Él quiere llevarme.
El método que más me ha funcionado es organizarme cada domingo por la tarde. Separo 1 hora mínimo para hacer Lectio Divina y organizar la semana en ese mismo clima de oración. Empecé a usar este formato que puedes descargar al final de esta página, es una estructura muy sencilla para ordenar nuestras prioridades. Requiere esfuerzo al principio, sobre todo porque nos estiramos cambiando la rutina pero poco a poco se vuelve más sencillo y más rápido distinguir todo, se vuelve un hábito.
Se llama “Matriz de Eisenhower” y en ella identificamos 4 cuadrantes. Antes de usarla te sugiero empezar por las preguntas importantes, las que dan rumbo a la vida. Especialmente en este momento acércate a Dios y pídele su luz y guía. Busca un lugar tranquilo y háblale ¿A qué te llama? ¿Qué sueño emociona tu corazón?
Empieza a escribir esos objetivos y céntrate al menos en uno. Si es muy grande desglósalo en pequeñas tareas que puedas hacer, que tengan continuidad. Te puede ayudar este formato para Discernir y Alcanzar tus objetivos con Dios que hicimos hace unos meses.
Una vez que tengas algo de claridad sobre el rumbo, sobre cómo quieres vivir tus días y a que Dios te llama empecemos a organizar tu lista de cosas por hacer. Escribe en ella todos los pendientes que tienes, todos. Imprime el formato y comencemos.
CUADRANTE 1: URGENTE E IMPORTANTE
Aquí vas a escribir las actividades que influyen para conseguir tus objetivos, eso a lo que Dios te llama, lo que te hace mejor, lo que te abre el corazón. Estas actividades hay que realizarlas cuanto antes, tienen fecha límite. Pueden ser cosas no muy placenteras o que te cuestan trabajo, pero son importantes porque es un paso más hacia tu objetivo. Así que hazlas cuanto antes, sobre todo si te toman menos de 3 minutos ¡hazlas ya y táchalas!
CUADRANTE 2: IMPORTANTE Y NO URGENTE
Normalmente son actividades relacionadas con nuestro desarrollo personal, profesional o vocacional a medio-largo plazo, así que también nos ayudan a conseguir nuestros objetivos, por eso son importantes. Pero no son urgentes, no tienen fecha explícita, por eso tendemos a posponerlas indefinidamente y nunca las hacemos.
Estas tareas hay que ponerles fecha, escribirlas en tu agenda en una fecha específica y hacerlas con prioridad cuando se llegue el día.
CUADRANTE 3: URGENTE Y NO IMPORTANTE
Estas tareas no nos aportan nada, no nos acercan a nuestros objetivos. Son como alarmas que nos confunden por su urgencia y eso nos hace pensar que son importantes, pero en realidad no lo son. Estas puedes también ponerles fecha, pero siempre después de las del 1er y 2do cuadrante y si no te queda mucho tiempo, delégalas. Pide ayuda a alguien de confianza o págale a alguien para que haga ese servicio, pero no inviertas tu tiempo ahí pues no es importante.
CUADRANTE 4: NO URGENTE Y NO IMPORTANTE
Olvídate de estas tareas, no pierdas el tiempo con ellas si tienes cosas importantes o urgentes que te están esperando. Estas actividades suelen ser muy placenteras y empezamos a hacerlas cuando lo del cuadrante 1 o 2 viene a la mente o lo vemos en la agenda, son como pretextos para no esforzarse en lo importante, en lo que Dios nos invita a hacer y a ser. Así que simplemente bórralas y olvídate de ellas.
Este ejercicio al principio puedes hacerlo semanalmente y después de varias semanas verás que es más fácil identificar lo importante y tendrás más fuerza de voluntad para realizarlo. También notarás que al principio del día comenzarás con tus actividades importantes, no empezarás leyendo decenas de emails que solo hacen perder el tiempo, se te irá formando un hábito. No seas muy radical o dura contigo, poco a poco verás los frutos de tus esfuerzos y de la gracia de Dios.
Habrá días en que se nos nubla la mente por cosas inesperadas, date un break o no te exijas terminar todo, avanza muy despacio, puedes preguntarte ¿qué puedo tachar de la lista? Una sola cosa basta para esos días. No la borres, táchala y prémiate ese esfuerzo por insignificante que parezca, eso te ayudará a ver que realmente hiciste algo, diste un paso hacia tu objetivo y no todo el día fue oscuro.
Espero que sea de ayuda este método para que seas quien Dios quiso que fueras y hagas arder el mundo. ¡Que el Espíritu Santo dirija cada paso que das y dé fuerza a tus decisiones!
Descarga el formato
y recibe próximos tips de Organización Personal con Dios
¡Gracias!
Descarga tu formato