Acercarse a la Confesión es ir al abrazo del Padre, a reconocer el daño que hemos hecho y pedir perdón, no de una forma moralista sino dentro de una relación de amor, de confianza, queriendo reparar lo que se ha roto de esta relación y dejándonos sanar, dejando que la gracia que brotó del Corazón traspasado de Jesús sea visible en nuestra vida.
A veces, como nos pasa con nuestros amigos, al pedirles perdón nos llenamos de vergüenza y no queremos ni acercarnos, pero es parte del proceso y no hay que dejar que esto sea un obstáculo. Como dice el Papa Francisco “la vergüenza hace bien, porque nos hace humildes, y el sacerdote recibe con amor y con ternura esta confesión, y en nombre de Dios perdona.”[1]
En la Iglesia, existen dos conversiones... el agua y las lágrimas: el agua del Bautismo y las lágrimas de la Penitencia.
San Ambrosio
Me ha pasado que en la fila de la Confesión se me vienen un montón de miedos, vergüenza, ganas de salir corriendo, regresar otro día… pero me recuerdo las promesas de Dios: ¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanla; pónganle un anillo en su dedo y sandalias en sus pies. Y que maten el becerro más gordo para hacer fiesta, porque esta hija mío estaba muerta pero ha vuelto a vivir; se había perdido y la hemos encontrado”.[2]
Cuando termina la Confesión se sale libre, grande, hermoso, perdonado, blanco, feliz. ¡Esto es lo hermoso de la Confesión!
Papa Francisco
La Confesión tiene varios momentos: la contrición, que es un dolor del alma y una detestación del pecado; la confesión, que es el acto donde nos acercamos al sacerdote y confesamos nuestros pecados; la satisfacción, que es la reparación del daño que hemos hecho (por ejemplo al restituir lo robado) y la penitencia, que impone el sacerdote al final de la confesión.
Para la primera parte: “la contrición”, te quiero compartir este Examen de Conciencia que el Hermano Vicente csj ha hecho a partir del Apocalipsis. En este libro, Jesús manda un mensaje a 7 Iglesias, en los cuales los invita a la conversión y al arrepentimiento. Estos mensajes son el Examen de Conciencia de Cristo sobre la Iglesia. Estos textos son maravillosamente, por los cuales Jesús mismo nos habla y nos invita a convertirnos. Léelos atentamente y deja que los mensajes te cuestionen e interpelen. Pide a Jesús que te haga ver aquello que le ofende de tus acciones y actitudes.
Espero que sea de gran ayuda en la preparación de tu próxima Confesión.