Descubrí algo que me impactó hoy en mi oración con la Biblia y quise compartirlo contigo porque nunca lo había visto y tal vez pases por algo parecido.
Me parece que soy una mujer que siempre está buscando que hacer, honestamente me cuesta llevar una vida tranquila, sin prisas, disfrutando el presente y dejando que las cosas sean como tienen que ser. Seguido veo cosas por mejorar, pendientes que atender, situaciones que preparar… y aunque esta personalidad me ha ayudado a ser organizada y administrar mis recursos, también veo que me trae ansiedad por querer controlar todo, planearlo todo, querer que salga todo como lo había imaginado y preveer cada detalle.
Justo con la oración de hoy Jesús me hizo ver que esto me lleva a tomar decisiones no muy acertadas y que me alejan del camino de paz y confianza que Él desea para mi vida. Te cuento como fue.
En mi Plan de oración vi la cita para hoy de Lucas 24, 1-12 donde narra la Resurrección de Jesús. Los versículos que saltaron a mi vista y me resonaron fueron estos, así que los escribí en mi diario.

Hay algo especial en volver a escribir los versículos y no solo leerlos, me parece que escribiéndolos descubrimos otros detalles y en ese tiempo el Espíritu Santo sopla en nuestra alma y agudiza nuestra mente para escuchar y comprender más.
Pensando en que enseñanza me dejaba esto, escribí lo siguiente:

Me di cuenta que las mujeres estaban esperando el amanecer para ir a ungir el cuerpo de Jesús, ya habían preparado todo y me parece que con una intención muy buena y cariñosa en su corazón.
Pero lo que resonó es la pregunta del ángel ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Claro, las mujeres buscaban a un muerto, siguieron la lógica de los acontecimientos sin ir primero a Jesús. Solo se despertaron e hicieron lo que se les ocurrió: si hay un muerto hay que ungirlo.
De nuevo el ángel les ayuda a ponerse ante el misterio de Dios ¡Recuerden lo que les dijo Jesús! Antes de actuar debemos recordar a donde vamos, la dirección y las promesas que Jesús nos ha dicho y hemos decidido en oración con Él y no llenar la vida de actividades, ni dejarnos llevar por el ajetreo, del hacer por el hacer.
El reto luego fue ponerme en silencio, serenar un poco el corazón y escuchar a Jesús que me llama por mi nombre y me dice algo específico.

Escribirlo con mi nombre y con palabras concretas honestamente me cuesta, pues a veces me da por pensar que no tengo seguridad que esto que escuché sea verdaderamente Jesús o son solo imaginaciones mías. Pero así es la fe y decido confiar en el Espíritu Santo que guía este momento y quien me corregirá cuando equivoque el camino.
Y así se da el diálogo con Jesús, ahora me toca responderle, pedirle perdón, contarle mis miedos, pedirle su ayuda y afirmar lo que creo, creo en Él y que está vivo, que ha resucitado.


Y esta última frase la escojo para recordarla durante el día. Me gusta ponerla en un post-it cerca de mi computadora, donde trabajo la mayor parte del día. Así la puedo leer y volver a centrar mi día según lo que Jesús me dijo.
Los días son diferentes cuando se comienzan con Dios. Te invito a hacerlo diariamente, de preferencia en la mañana, pero ajústalo según tus horarios, lo importante es hacer tiempo para estar con Jesús y descubrir lo que Él quiere decirte a ti, personalmente.
Le pido a Dios que te de un corazón de discípula atenta, sin prisas, que sepa a donde va, así como el de María, quien guardó, atesoró y meditó todo lo que su Hijo le decía y hacía en su corazón… incluso en la oscuridad del sábado después de la crucifixión, pues recordó lo que una vez le dijo el ángel:
Vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.
Lucas 1, 31-33
¡Jesús está vivo! Escúchalo, déjalo obrar en tu vida y descansa en su Corazón.
💐 ¡Felices Pascuas de Resurrección!