La autora Costanza Miriano es una periodista católica italiana que nos habla sobre el rol dentro del matrimonio como esposa y como madre. Un rol desde el punto de vista humano y divino, biológico, psicológico y teológico. Lo hace de una forma muy amena, te sacará algunas risas pues tiene un humor muy liviano. El libro es una serie de cartas que la autora escribe principalmente a sus amigas alentándolas a casarse y reflexiona en una serie de retos y bellezas del matrimonio y del ser mujer.

Es sorprendente como muchas de estas reflexiones caen como balde de agua fría, pues por años a través del cine, noticias y música nos han contado lo contrario. Y es muy triste vivir así, porque desde esa perspectiva de falsa igualdad nunca podremos ser mujeres felices y plenas, y el mundo se quedará sin la riqueza de nuestro espíritu femenino, no le daremos todo lo hermoso que le podemos dar a una sociedad.

Casarse hoy (incluso civilmente) es un acto revolucionario, vivimos en una sociedad con miedo al compromiso, a las cosas que perduran, a la fidelidad, miedo incluso a nuestras grandezas. Hemos crecido sin mucha voluntad, sintiéndonos incapaces de cumplir nuestra palabra por años, por toda la vida, cueste lo que cueste.

La “sumisión” de la mujer hoy es catalogada como algo de la antigüedad, abusivo, vergonzoso, de mujeres débiles y dominadas si se entiende como dominio del varón hacia la mujer, abuso de su autoridad, poder y fuerza física. Esta es una sumisión en la lógica del mundo. Pero la verdadera sumisión de la que nos habla la autora y San Pablo es la capacidad que tenemos las mujeres de dar un paso atrás, meternos debajo para sostener la familia, la sociedad, el mundo en que vivimos. Nos sometemos para acoger, escuchar, educar, hacer florecer. Abajo se mete lo que es más sólido y resistente, así nosotras tenemos la capacidad de sostener el mundo. Dios así nos ha creado y solamente viviendo desde su lógica es que seremos mujeres en plenitud.